El Domingo de Resurrección inicia con la Vigilia Pascual que se realiza la noche del Sábado Santo. Según el Misal, esta vigilia “es la mayor y más noble de todas las solemnidades”.
En esta celebración se bendice el fuego y se enciende el cirio pascual, se anuncia el pregón pascual y se leen lecturas del Antiguo y Nuevo testamento. Además, se bendice el agua, se renuevan las promesas bautismales y se festeja la resurrección del Señor exclamando al final de la Misa “Aleluya, Aleluya”.